El Coaching profesional es un proceso “vivo”. Esto significa que el Coach y el coachee construyen una relación única donde el primero ayuda al segundo a desarrollar su talento personal y profesional. Implica, por lo tanto, que se comuniquen con transparencia y que entre ambos exista franqueza y claridad.
¿Y cómo se logra esa apertura?
La clave está en hacer preguntas.
El Coach debe interrogar sobre lo que considere necesario para que nada quede en el aire y el coachee pueda “vivir” el proceso y movilizar sus recursos de manera óptima. No se trata de preguntar por preguntar, sino de hacerlo por etapas y con un doble propósito: derrumbar los muros y construir las fortalezas mentales del coachee.
El Método IESEC del Instituto de Estudios Superiores en Coaching- España propone construir el Coaching sobre una comunicación completa, estructurada en etapas y con interrogantes precisas. Vamos a conocerlas:
ETAPA 1: Definir objetivos.
Hay que fijar las metas para que el coachee sepa hacia dónde se dirige. Los objetivos deben ser: atractivos (que motiven), a corto plazo (situados en el aquí y ahora), cuantificables (para evaluarlos), orientados al rendimiento (no a resultados) y ecológicos (respetuosos del cliente y su entorno). Para definirlos, el Coach debe hacer preguntas como estas:
- ¿Cómo describiría su meta?
- ¿Qué espera de mí para ello?
- ¿Cuál es la verdadera cuestión que quiere resolver y para cuándo?
ETAPA 2: Identificar la situación actual del coachee.
En esta fase, el Coach se interesa por conocer el momento por el cual atraviesa el coachee. Debe plantear interrogantes que le permitan saber:
- Por qué solicita el Coaching: ¿Qué sucede? ¿Qué quiere evitar?
- Lo que siente: ¿Qué piensa en este momento? ¿Qué ve?
- Cómo sostiene la situación: ¿Este es un verdadero problema? ¿Los inconvenientes son insoportables?
- Si hay deseo de cambiar: ¿Y ahora qué hacemos? ¿Está dispuesto a avanzar?
ETAPA 3: Identificar los recursos.
En este momento el coachee debe reconocer con qué cuenta para enfrentar la situación que le afecta. Algunas preguntas para saberlo son:
- ¿De qué recursos dispone para lograr ese objetivo?
- ¿De quién depende para alcanzarlo?
- ¿Qué otros recursos necesita?
ETAPA 4: Anticipar y eliminar obstáculos.
Llegado a este punto, es necesario que el coachee explore las dificultades que podría encontrar en el camino y que se plantee dudas sobre el objetivo. Las inquietudes a exponerle son:
- ¿Qué le impide lograr su objetivo?
- ¿Algo podría dañarlo si lo alcanza?
- ¿Que sucederá si obtiene lo que desea?
ETAPA 5: Pasar a la acción. Comprometerse.
Esta fase es una proyección del futuro y tiene como fin invitarlo a responsabilizarse y a actuar. Las preguntas deben favorecer la planificación de tareas y la visualización de logros:
- ¿Qué etapas tiene que recorrer?
- ¿Por dónde va a comenzar?
- ¿De cuántas formas dispone para hacerlo?
¿Te gusta la idea de hacer un Coaching transparente? ¿Quieres compartir tu experiencia con este método?